...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

sábado, 19 de mayo de 2018

RODOLFO HÄSLER - POEMAS



La infancia acaba devorada por los lobos,
la infancia final con la piel hermosísima
y sin pausa hasta el agotamiento.

La pasión arranca hacia la muerte como las
semillas íntimas de una encina sacudida.

La muerte acaba devorada por los lobos
como roja sangre, como roja lumbre sin extinción.

*****

Como una actinia oscura, rojo púrpura,
ni hablo mi lengua ni habito en mi país,
soy, eso sí, el heredero de una inteligente familia fenicia.
Heme aquí el fenicio del célebre poema de Eliot
para seguir siendo el ahogado para siempre.
Como se sabe, los poetas no tienen vida propia,
mueren lacerados por el agua, ciervos sin dominio,
oteando los retirados predios que les sirven de morada,
esquivos como piezas de un viejo juego de ajedrez,
sin sangre para manchar el suelo de la alcoba.
El invierno es la estación idónea
para que las mujeres me cierren definitivamente los párpados,
y la intensidad con que un día descifré largos poemas griegos
convertida ya en nieve prodigiosa,
pierde, entre tanto, todo su calor.

*****

Rodolfo Häsler

martes, 15 de mayo de 2018

JULIA UCEDA - CANCIÓN DE CUNA


SONETO DE LA PIEDRA

He de volver a la extensión callada
donde siempre moré, como una yedra
crispada, sin raíz, con una piedra
como base y también como almohada.

Espera. Mi cintura encadenada
tiene un nardo amarillo que no medra.
Tengo tan dentro ya de mí la piedra
que no siento la carne lastimada.

Espera, espera. Por mi sien doblada
un niño iba durmiendo y ha varado
su sueño por las playas de la muerte.

Como el de una paloma lanceada,
su grito me salió por el costado
trémulo y triste y apretado y fuerte.

*****

CANCIÓN DE CUNA

Tenéis cada uno un nombre escrito en una estrella,
unos ojos pasmados, unos pies de azucena,
un cabello de oro y una risa de miel;
pero nunca, hijos míos, os habré de mecer.

Estáis siempre en el fondo de los altos silencios
en las tardes paradas, en los versos inciertos,
en la voz de la rosa y en la cruz de mi piel;
pero nunca, hijos míos, os habré de mecer.

Tenéis un parque abierto con pájaros de espuma,
en mi voz una nana, en mi pecho una cuna
y un camino en la vida del que arranqué la hiel;
pero nunca, hijos míos, os habré de mecer.

Os llevo de la mano diciendo vuestros nombres,
os duermo en mi regazo, os cuido como flores,
escucho vuestro llanto y os redimo de él;
pero nunca, hijos míos, os habré de mecer.

Seguirán vuestros nombres en las altas estrellas,
mis manos solitarias no tendrán qué tejer,
los pájaros de espuma caerán como hojas muertas,
pero nunca,  hijos míos, os habré de mecer.

*****

Julia Uceda
Mariposa en cenizas (1959)

sábado, 12 de mayo de 2018

TOMAS TRANSTRÖMER - TORMENTA


I

PRELUDIUM

Despertar es un salto en paracaídas del sueño.
Libre del agobiante torbellino, se hunde
el viajero hacia la zona verde de la mañana.
Las cosas se encienden. Él percibe –en la vibrante
postura de la alondra– las oscilantes lámparas subterráneas
del poderoso sistema de raíces de los árboles. Pero a flor de tierra
–en abundancia tropical– está el verdor
con los brazos al aire, en escucha
del ritmo de una bomba invisible. Y él
se hunde hacia el verano, se descuelga por
el cráter cegador, hacia abajo
a través de grietas de edades verde-húmedas
palpitantes bajo la turbina del sol. Así es detenido
este viaje vertical por el instante y las alas se ensanchan
hasta ser la quietud del gavilán sobre aguas torrenciales.
Tonos desamparados
de las trompetas de la Edad de Bronce
cuelgan sobre el abismo.

En las primeras horas del día, la conciencia puede abarcar el mundo
como la mano oprime una piedra entibiada por el sol.
El viajero está bajo el árbol. ¿Se extenderá,
después de la caída por el torbellino de la muerte,
una gran luz sobre su cabeza?

II
ARCHIPIÉLAGO OTOÑAL

Tormenta

De pronto, el caminante encuentra aquí el viejo,
enorme roble, como un alce petrificado con su interminable 
cornamenta, frente a la fortaleza verdinegra
del mar de septiembre.

Tormenta nórdica. Es el tiempo en que
los racimos de serbas maduran. Despierto en la oscuridad,
oigo a las constelaciones piafar en sus establos,
en las alturas, sobre los árboles.

*****

Tomas Tranströmer
17 Poemas


miércoles, 9 de mayo de 2018

ESTHER ZARRALUKI - LAS NOTICIAS, NO CREAS, TRAEN ESPERANZA



Las cosas se encarnizan
en lo que no sé nombrar.
Aunque les presto mis sentidos
pasan ante mi casa 
con las manos escondidas,
negando lo que les doy.
Las cosas tienen una feroz idea
de la trascendencia.
Se gustan hondas y leales.
Entonces me hago café.
A veces parecen muchachos
sentados en la calle a altas horas
y es fácil amarlas.
Se acuestan junto a mí,
juegan con su sortija
y susurran
La muerte tampoco...
la muerte, nuestra reina...

*****
Una mujer arranca plantas 
que dejó morir. Las miraba
secarse. Con sus sucios dedos
se ensaña en las raíces,
en la traición, en los tentáculos
de la hermosura.

*****

Las pescaderas
remueven el hielo

hablan con el cliente y piensan
en sus cosas, algunas
con los pezones duros bajo
el milagro de sus puntillas

de noche aman sus carnes

tiran las cabezas al suelo
descaman la piel
con encías inocentes

asoman sus uñas rojas cuando
destripan el pez y
le cambian el nombre

el poema se les parece

*****

Entre los dos planos:
las cosas que acaricio
y que brillan en mis dedos,
sin necesidad de que nada las cubra
y aquello que intuyo, un centro
difícil de decir y que huye 
de la metáfora, aparece
el otro. Me enseña
sus yemas y el contagio
de lo que toca, algo que no sabe
y que le lleva la silencio
cuando me mira.
Nos acariciamos 
como si la carne fuera
el punto exacto 
entre lo que escapa.

*****

LAS NOTICIAS, NO CREAS, TRAEN ESPERANZA

Un hombre puede vivir con poco si aparta el trozo de fruta
oscuro y olvida las imágenes que alejan el sueño, si como
un perro voltea sobre sí mismo y hace un nido contra las luces.
Si recoge las piernas hacia el pecho, mastica lentamente y no 
permite que palabras se disfracen de serpientes o corzos.

A veces, un hombre que vive con poco ve las noticias, imagina
mujeres desveladas y piensa que nada sería suficiente si una 
quisiera. Él, que aprendió a alimentarse y a no malograr su sueño,
se pondría de la vida sus pulseras, sus tatuajes, la muerte de los 
árboles por corona.
A veces, en las noches frías de bombardeos y cobardía, 
un hombre que vive con poco se dice poemas, porque pensó
en la muerte y en mujeres velando e imaginó sus piernas y 
sus estómagos tristes.

Esther Zarraluki

jueves, 3 de mayo de 2018

SEAMUS HEANEY - MARCAS



MARCAS

Marcábamos el campo: cuatro chaquetas para los cuatro postes
de las porterías,
eso era todo. los ángulos y áreas
estaban allí, como la longitud y la latitud
bajo el suelo rugoso, para estar de acuerdo o no
cuando llegara su momento. Luego elegíamos equipo
y cruzábamos la línea trazada  cuando nos llamaban por nuestros nombres.

Jóvenes desgañitándose en el campo mientras la luz agonizaba 
y seguían jugando porque para entonces jugaban ya con la cabeza
y el balón golpeado iba hacia ellos como la pesadez de un sueño, 
y su propia y ardua respiración entre la oscuridad, 
los patinazos en la hierba sonaban como esfuerzos de otro mundo...
Era rápido y constante, un partido que nunca necesitaba terminar. Se habían pasado algunos límites,
había fugacidad, avance, ausencia de cansancio
en un tiempo excepcional, libre e imprevisto.

2
(...)

3
(...)

Seamus Heaney
Seeing Things
Viendo visiones