...¿A QUIÉN NO PODRÁS AMAR? SI SÓLO HAY UN HOMBRE,
SI SÓLO HAY UNA MUJER, SI SÓLO HAY UN MUNDO...
DANIEL MACÍAS.

miércoles, 9 de mayo de 2018

ESTHER ZARRALUKI - LAS NOTICIAS, NO CREAS, TRAEN ESPERANZA



Las cosas se encarnizan
en lo que no sé nombrar.
Aunque les presto mis sentidos
pasan ante mi casa 
con las manos escondidas,
negando lo que les doy.
Las cosas tienen una feroz idea
de la trascendencia.
Se gustan hondas y leales.
Entonces me hago café.
A veces parecen muchachos
sentados en la calle a altas horas
y es fácil amarlas.
Se acuestan junto a mí,
juegan con su sortija
y susurran
La muerte tampoco...
la muerte, nuestra reina...

*****
Una mujer arranca plantas 
que dejó morir. Las miraba
secarse. Con sus sucios dedos
se ensaña en las raíces,
en la traición, en los tentáculos
de la hermosura.

*****

Las pescaderas
remueven el hielo

hablan con el cliente y piensan
en sus cosas, algunas
con los pezones duros bajo
el milagro de sus puntillas

de noche aman sus carnes

tiran las cabezas al suelo
descaman la piel
con encías inocentes

asoman sus uñas rojas cuando
destripan el pez y
le cambian el nombre

el poema se les parece

*****

Entre los dos planos:
las cosas que acaricio
y que brillan en mis dedos,
sin necesidad de que nada las cubra
y aquello que intuyo, un centro
difícil de decir y que huye 
de la metáfora, aparece
el otro. Me enseña
sus yemas y el contagio
de lo que toca, algo que no sabe
y que le lleva la silencio
cuando me mira.
Nos acariciamos 
como si la carne fuera
el punto exacto 
entre lo que escapa.

*****

LAS NOTICIAS, NO CREAS, TRAEN ESPERANZA

Un hombre puede vivir con poco si aparta el trozo de fruta
oscuro y olvida las imágenes que alejan el sueño, si como
un perro voltea sobre sí mismo y hace un nido contra las luces.
Si recoge las piernas hacia el pecho, mastica lentamente y no 
permite que palabras se disfracen de serpientes o corzos.

A veces, un hombre que vive con poco ve las noticias, imagina
mujeres desveladas y piensa que nada sería suficiente si una 
quisiera. Él, que aprendió a alimentarse y a no malograr su sueño,
se pondría de la vida sus pulseras, sus tatuajes, la muerte de los 
árboles por corona.
A veces, en las noches frías de bombardeos y cobardía, 
un hombre que vive con poco se dice poemas, porque pensó
en la muerte y en mujeres velando e imaginó sus piernas y 
sus estómagos tristes.

Esther Zarraluki

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